Cuando el canario afincado en Bilbao Amadou Tijane, marcaba a sólo 15 segundos para que terminara el partido, dos puntos debajo mismo de la canasta británica y el luminoso encendió a el punto 69 favorable a la selección estatal, todos, absolutamente todos, de  los cerca de 8.000 espectadores que poblaban las gradas del Oliympic Arena de Río tuvieron claro que  la competición de baloncesto de los Juegos Paralímpicos 2016, tenía ya un finalista y que este no era otro que el que mejor había jugado a lo largo de todo el partido y que con más determinación había enfocado la competición. Terry Bywater, la estrella hoy opacada del equipo británico, intentó sumar 3 puntos más  a los 63 con los que ya contaba con un lanzamiento un tanto desesperado, pero él mismo sabía que habían sido derrotados por un equipo que les había pasado por encima en todas las variables que definen un partido: presión defensiva, acierto en ataque, control del juego…

El partido se preveía equilibrado, aunque la bitácora de enfrentamientos entre ambos equipos marcaba que si había un favorito éste era el británico. Sin embargo, el gran juego desplegado por la selección en los últimos partidos y la fe que sus jugadores tenían en sus posibilidades igualaban los pronósticos. Y con ese equilibrio se jugó todo el primer cuarto que sólo marcó una diferencia final de dos puntos a favor de los de las islas. Pero pese a esa inicial derrota en el banquillo español ya se veía que los rivales tenían más que dudas en ataque y que la presión defensiva sobre los tiradores británicos estaba haciendo estragos. Estos no habían entrado en el partido y su seleccionador había optado por cambio total del quinteto en el parquet antes de finalizar los diez primeros minutos. Pero ni con estos cambios pudo Haj Bhania enderezar el juego de su equipo. En el segundo cuarto, con la incorporación de David Mouriz, el acierto en el tiro de Asier García, la aportación en la pintura de los hermanos Zarzuela, y sobre todo la capacidad colectiva de presión sobre las líneas del ataque rival, el combinado estatal fue, primero, capaz de darle vuelta al marcador y, luego, poner tierra de por medio hasta firmar a la llegada del descanso un 35-28, que le permitía soñar con lo mejor.

El tercero de los tiempos, con la columna vertebrar del equipo intacta en la cancha (los gemelos Zarzuela y Asier García no descansaron ni un segundo en todo el partido) la brecha en el tanteador siguió creciendo hasta llegar a un 47 a 35 a falta de cinco minutos para su final. Los de las islas consiguieron reducirla hasta 4 tras una serie de ataques finalizados con aciertos pero un acertado lanzamiento de Mouriz ponía punto final a su racha y dejaba en 6 su desventaja a falta del último de los cuartos.

Este empezó con unos británicos lanzados en tromba, tratando de presionar todas las líneas de pase de los hoy vestidos de blanco, pero éstos resolvieron con serenidad sus golpes de efecto. De nuevo, como en tantos otros momentos del campeonato, fue Asier García el que marcó el tempo de su equipo y entre sus aciertos en los lanzamientos y sus asistencias a los Zarzuela fue desarmando las bazas finales de los británicos.

De nuevo, el jugador del Bidaideak Bilbao fue el más destacado de su equipo y del partido con 19 puntos en su haber, 13 rebotes y otras tantas asistencias. Por los británicos, sólo Ian Sagar mantuvo las estadísticas habituales con 18 puntos, en tanto que su líder natural Terry Bywater, con promedios por partido por encima de los 20, no pasaba de 8.

Con la victoria de hoy, y el pase a la final de los Juegos, la selección de baloncesto en silla de ruedas ha conseguido el mejor resultado de su historia superando el cuarto puesto que consiguiera en los de Atlanta en el 96.

De otra parte, se da la circunstancia de que el club vasco Bidaideak Bilbao será el equipo con una mayor representación en la final, dado que a los tres jugadores que militan en sus filas desde hace muchos años y lo hacen también con la estatal se suma el norteamericano Joshua Turek que completa su plantilla desde la temporada pasada.