Los Juegos han terminado. La llama paralímpica se apaga esperando que se vuelva a encender en París dentro de tan sólo 3 años. Será el ciclo paralimpico mas breve de tiempo y esperemos que a su final podamos decir que es el de la vuelta a los estadios de un público que se ha echado en falta más que mucho en Tokyo. Esta ciudad, por muchos motivos, estaba llamada a albergar algo histórico en el paralimpismo, por la exhibición tecnológica, por la calidad de sus instalaciones y también por el calor de un publico que sin estridencias estaba llamado a colapsar las instalaciones. Desgraciadamente, el Covidse ha llevado por delante todo eso: la tecnología se ha mostrado innecesaria, las instalaciones demasiado ampulosas para el solo albergar de deportistas y el calor solo lo ha puesto, en ocasiones en demasía, el astro rey. Me gustaría tener, en este punto, capacidad suficiente para convencer a los comités olímpicos y paralímpicos internacionales de la necesidad de conceder a esta ciudad unos nuevos Juegos. El pueblo nipón, respetuoso y organizado como pocos, necesita del vendaval de frescura que los atletas paralímpicos aportan allá donde van y el esfuerzo que han realizado para organizarlos en el 20-21 debe ser saldado. Desde luego, si quiera merecen poder acercarse a sus estadios a degustar la exhibicion de esfuerzo de los y las deportistas paralímpicos y constatar que es aquí donde se encuentra la expresión mas pura del deporte; la que alejado de cámaras, intereses comerciales y de un profesionalismo exagerado y, en ocasiones, impúdico, busca en el competir la reafirmación de su propia mejora y en él éxito deportivo la medida de la misma.

Y es que, definitivamente, sin publico los Juegos son otra cosa. Nos habíamos acostumbrado a ver que, poco a poco, en Pekin, Londres o Rio la gente se acercaba a ver un espectáculo por si mismo y a poblar cuando no llenar los graderíos sea cual fuese el deporte. Tal vez en el olimpismo no se haya echado tanto en falta porque desde hace un siglo los estadios siempre estaban llenos, pero el paralimpismo tuvo años de travesía en el desierto, en el que su objetivo central era, precisamente, el conseguir el acercamiento del público. En Barcelona se empezaron a ver gradas pobladas, en Sydneytambién y en Pekin, Londres y, en menor medida en Río, se llenaron. Se había conseguido evitar lo que Juan Palau, unos de los padres del deporte adaptado, calificaba como las olimpiadas del cemento.

Pues en este escenario el deporte vasco ha querido mostrarse y, en verdad lo ha hecho. No como en su edad dorada cuando catorce o quince deportistas venían a casa con otros tantos metales. Hace años que la generación de los Conde, Carracelas, Otxoa, Pesquera, Orive, no +están en la competición y no todavía no se han conceretardo relevos a tanto talento. Pero aun así la manifestación ha sido mas que digna.

Los deportistas de la CAPV no vuelven de vacío de Tokio. A Iñigo Llopis le acompaña la medalla de plata conseguida en los 100 metros espalda. El diploma conseguido en los 400 libres, y los otros dos en equipos en una piscina, a la que tenia bien cogida la medida, son un bagaje que honra su perseverancia a lo largo de todo este largo ciclo paralímpico. En Río apuntaba maneras y de Tokio sale como un auténtico campeón que es.

Ojalá siga sus pasos quien como el en los anteriores ha sido una autentica revelación, Nahia Zudaire. La gipuzkoana, en su primera participación en los juegos ha rozado el pódium con sus brazadas. Dos cuartos puestos le conceden dos diplomas y la sitúan como una gran promesa de la natación vasca.

Los chicos y chicas del basket en silla de ruedas podrán decir que cuentan con un diploma en su historial. Asier y sus compañeros en el Bidaideak, David, Jordi, Manu vuelven sabiendo que han estado toda la competición oliendo a pódium. El cruce imprevisto con los EEUU en semifinales, a la sazón los campeones del torneo, les arrebató jugar una final. En la lucha por el bronce se las tuvieron que ver con los actuales campeones del mundo, Gran Bretaña, que finalmente fue quien subió al pódium.

Por su parte, nuestra representante en el equipo femenino de BSR, Agurtzane Eguiluzpuede decir que forma parte de la primera camada que ha conseguido ya no solo jugar unas paralimpiadas sino lograr un diploma. Sin duda un buen aval para el futuro.

Otro diploma se lo lleva de Tokyo, Higino Rivero que en su canoa nos hizo soñar con pódium en la fase clasificatoria pero que luego la densidad de calidad de participantes hizo que tuviera que conformarse con un sexto puesto. Puesto que le da cedula de identidad entre los mejores del mundo y que estamos seguros le llevará a trabajar duro con la vista puesta en París.

También diploma se lleva Rakel Mateo. Un prodigio de perseverancia y amor al deporte que hace seis meses estuvo a punto de tener que renunciar a la plaza que tan bien ganada tenia en estos Juegos porque se tuvo que someter a la amputación de su pierna maltrecha desde hace años. En apenas 3 meses ha tenido que aprenderlo todo en la disciplina mas compleja de los Paralimpicos, el triatlón. Rakel con su séptimo puesto cierra de la mejor de las maneras un ciclo que estuvo a punto de interrumpirse drásticamente.

Sin diploma, pero con una experiencia en su zurrón que seguro les va a servir en el futuro, se encuentran Iker Sastre y Jorge Pineda. El primero demostró que se encuentra ya en la elite del tenis de mesa por su calidad técnica y estamos seguros que en los próximos Juegos podrá disputar mas que las posiciones que dan derecho a los diplomas.

De Pineda habrá que decir que el cuatro con timonel con el que ha acudido a los Juegos era inédito en competiciones internacionales y que seguro, seguro, tanto si se consolida el actual equipo, como si compite con otro, tiene un futuro mas que importante. Es un palista de alto nivel y la experiencia de Tokyo le va a ayudar más que mucho en el ciclo que ahora empieza.

Glosar la participación de los navarros, obliga a hacerlo remarcando el cuarto puesto conseguido por Eduardo Santas en la prueba por equipos celebrada en el velódromo de    que pudo perfectamente haberse convertido en plaza de pódium. En todo caso, el diploma por el conseguido le acredita como un paraciclista de primer nivel.

Mónica Oses no pudo reeditar la medalla conseguida en el Estadio Olímpico de Río y no fue porque no estuviera en forma ni porque no realizara una gran carrera. De hecho,nunca había corrido en menos tiempo los 1500 metros, pero el nivelazo de sus competidoras le hizo tener que conformarse con estar entre las 6 mejores del mundo.

Dos diplomas consiguió sobre la pileta del Aquatic Center, Iván Salguero. En 400 libres llegó séptimo en la final y cuarto en el relevo de 4×100 libres. El de Pamplona, sigue en progresión y a sus 23 años todavía tiene mucho que decir.

Beatriz Zudaire, que ahora compite con UCAM en Murcia, es la representante navarra en la selección de baloncesto en silla de ruedas. Se ha reseñado el paso adelante que se ha dado en este deporte y ahora toca ensalzar la participación de Beatriz en el equipo. Ha sido una fija de las alineaciones y en todos los partidos ha aportado puntos al tanteador final.

Estibaliz Armendariz, fue la piloto de la embarcación en la que compitió Jorge Pineda. Esperemos que su conocimiento en el arte de tripular una embarcación no se quede en la experiencia de Tokyo y podamos seguirla en el avanzar de este deporte tan popular entre nosotros.

Una fija en las alineaciones navarras en los Juegos es Carmen Rubio. Su dedicación a esta modalidad deportiva ya ha sido destacada muchas veces, aunque en esta ocasión no pudiera pasar de la primera de las rondas clasificatorias de la competición de tiro con arco. Mantenerse entre las mejores de mundo y llegar a París sería ejemplificante para quien quiera iniciarse en este deporte.

El deporte de Iparralde si que puede decir que ha tocado chapa. Lo ha hecho por partida doble con los ciclistas del Urt Veló afincados en esta localidad labortana Alexandre Leaute y Dorian Foulon. Alex, en el velódromo, logró el oro en la persecución de 3000 m, la plata en la prueba de 1000 m contra el crono, y fue cuarto en la prueba de sprint por equipos. En las pruebas de carretera consiguió dos preseas más, ambas de bronce, en las pruebas respectivas de fondo y contrarreloj.

Por su parte Dorian ganaba la prueba de persecución individual 4000 m, y obtenía dos diplomas más, uno al llegar sexto en la prueba contra el crono sobre la distancia de 1 km y el otro al llegar cuartos en prueba por equipos.

No consiguió Guillaume Toucoullet pasar de dieciseisavos en la prueba de tiro con arco a pesar de hacer un buen concurso, pero seguro que este espectacular tirador seguirá haciéndose un hueco en el panorama internacional de este deporte.

Y dejamos para el final de este particular repaso a Perle Rouge, sin duda la deportista con mejor historial en términos de medallas paralímpicas, con dos en Londres y Rio.Tokyo no lo recordará con el mejor de los cariños porque en ninguna de las pruebas en las que compitió pudo estar entre las mejores. La palista del Aviron Bayonnais, seguro que tiene la vista puesta desde ya en el campo de regatas de París.

Un balance, pues, con claroscuros pero que habla, si quiera, de un cierto repunte de participación del deporte adaptado vasco. Realidades hay y promesas también. Esperemos que en este ciclo que se inicia recién, se puedan contar con los recursos necesarios para que nuestras elites se puedan mantener entre los mejores del panorama internacional y que los que se asoman timidamente todavía a las competiciones si quiera continentales puedan dar el paso y apuntalar sus opciones para llegar a París. Porque París… bien vale un esfuerzo.